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Demasiado normal

Demasiado normal “Raro no, lo que pasa es que soy más normal de lo normal”, contestó Asier en tono amistoso mientras sonreía triste. Somos pocos los que somos, se quedo pensando. La nieve se despidió de ambos, Alicia se iba de fiesta. Asier se acostó  escuchando “abrázame, abrázame y no me digas nada”. Sabía que lloraba por las noches. “¡Ya nos hemos enteraaaado! ¡cucu! ¡hola!, ¡rarito!” ¡ya nos hemos enterado!, gritaba mientras saltaba por un camino hacia el infinito, hacia el precipicio serpenteante, lleno de baldosas moradas, verdes y blancas, pensó. "¡Ya sabemos que Aristóteles y Hume nos permiten hacer lo que queramos!". ¡Ja! ¡que fuerte soy!.  Le pareció entender a Asier. "¡Tranquiiiilo!, ¡no como humanos!".  Pero Asier estaba seguro de que varias noches le había visto volver a casa, bajo la luna, con las comisuras de los labios salpicadas de restos de espíritus humanos, la carne ,todavía caliente, por debajo de la falda de su máscara. Lo sabía porque a parti

Me río

Me río pobre y libre, que es muy poco y todo a la vez.

de chamanes y guerreros

Recuerdo que te dije que ahora quería ser guerrero, me canse de tan lento. Nadie contesto, debía estar solo. Y que si brusco, y que si torpe, si al fin y al cabo... 24-04-2010

Deseaba

Deseaba que la vida fuese bella, pero las virgenes follan y los santos mueren. 22-10-2009

El niño del globo

El niño del globo, el niño del globo, ni su puta madre. Albeolos de cianuro, venas explosivas, y la radio encendida, explotada de planos cortos, que chorrean sangre de agua. El niño del globo, el niño del globo, ni su puta madre.

Estúpidos escritores

!¿No hay ni un sólo escritor que sepa escribir mis pensamientos?! Oteo el horizonte y nada, ni un solo escritor que sepa escribir mis pensamientos, ni tan siquiera leer. Estúpidos escritores, de labios gordos, y frente inflamada.

Una tarde cualquiera en cierto sofá

- ¿no me puede gustar? - si, claro, la estupidez es totalmente respetable. Pense yo, sin atreverme a decirselo, de todos modos estaba frente al televisor, así que dudo me hubiese escuchado la contertulia, fea como ella sola, y de humos tan altivos como la torre la iglesia.

En mis sueños

Hoy te veo, mascando chicles entre la niebla, despues de tanto tiempo. En mis sueños, he escupido lava. La gente no sabe que los sueños se cumplen, por eso, porque son sueños.